Ruta de El Hocino

La ermita de la Concepción, al final de La Horcajada, es el punto de inicio (WP 1) Tomando la calle de las Cabreras (la que queda justo antes de la ermita), a unos 200m veremos una bifurcación en la que optaremos por la de la derecha. Al poco desaparece el cemento que da paso a una pista muy marcada en ascenso. Posteriormente llanearemos un buen tramo entre dehesas de encinas por una clara y ancha pista flanqueada a los lados por pare des de piedra. Saldrán varios caminos y pistas a ambos lados, pero no nos desviaremos de k dirección que llevamos, directamente al río, sin abandonar esta recta pista llamada de Molino de Fonseca.

En el km 3 trazaremos unas pequeñas curvas y 100m más adelante ya en bajada aparecen dos opciones. La primera, de frente, que baja directamente al río junto a una pared de piedra no la tomamos. Optaremos por la que se encamina hacia la izquierda descendiendo.

Otros 100m más adelante veremos al otro lado del río Corneja las ruinas de dos edificios. En este punto no proseguimos por una buena pista que faldea la ladera hacia la izquierda, sino ; que enfilaremos directamente hacia los restos del molino de Fonseca por un senderillo que – desciende. Llegamos en el km 3,3 (WP 2) al puente de la Fonseca.

Se trata de un lugar muy interesante por varios motivos. En primer lugar el mismo puente de piedra de altura considerable se conserva en buen estado y es curioso como tiene su apoyo central en una gran roca. En segundo lugar es destacable la abundancia de molinos de la zona, muchos ya en ruinas, aunque aún pueden verse algunas partes de las edificaciones e incluso la estructura y alguna piedra de moler. En tercer lugar, merece la pena visitar el Hocino, lugar casi mágico en el que el río Corneja desaparece para reaparecer a una centena de metros. Para verlo, antes de cruzar el puente faldearemos cerca de la orilla unos 200m por pequeños senderos aguas abajo hasta divisar un caos de grandes bloques donde el agua parece ser bebida por las piedras. Si avanzamos por la ladera otro centenar de metros aproximadamente, estaremos en el lugar de brote, donde se observará cómo surge el agua desde abajo formándose un gran charco. Hay que tener cuidado con las caídas en ésta zona de grandes bloques, sobre todo si el terreno está mojado. El fenómeno es singular sobre todo si pensamos que nos encontramos en una zona granítica, por lo que escasean las simas, cuevas y cavidades.

Una vez hecha la visita al Hocino proseguimos nuestra ruta desde el km 3,3 siguiendo el camino que queda de frente al cruzar el puente. Girará a la derecha y discurrirá paralelo al río en dirección contraria a la corriente. No cogeremos una pista a la izquierda, sino que proseguimos de frente hasta llegar a una gran lancha de granito, ya al lado de una zona arenosa en la orilla. Estamos en el km 4,1 (WP 3). Podemos bajar al río para ver la zona de meandros. Antes de la lancha de granito se adivina un camino a la izquierda, que se aleja del río en ascenso y que tras menos de 100m nos deja en una buena pista llana que tomamos hacia la derecha. Tras una zona pedregosa y de vegetación espesa, llegamos a una pista aún mejor en el km 4,5, tomándola en la misma dirección que traíamos, sin girar a la izquierda. Se nos unirá una pista por la derecha y en el km 4,7 (WP 4) llegamos a un gran cruce donde no seguiremos de frente, sino que vamos a girar a la izquierda dando un giro de casi 180 grados, orientándonos hacia el oeste. Si nos fijamos, entre las encinas a lo lejos se ve el pueblo de Los Navalmorales. Iremos directamente hacia él por una pista en principio de arena y llana. Descartaremos las pistas y caminos que se nos crucen, manteniendo el rumbo. En el km 5,7 atravesamos un arroyo por una pasaderas de piedra en el lado izquierdo. Continuamos por una zona en la que la pista está menos marcada hasta que vuelve a definirse perfectamente. En el km 6,2 (WP 5) llegamos a un cruce en el que la pista de la derecha asciende moderadamente y la que queda de frente asciende algo menos. Optaremos por esta última. Se nos unirán otras buenas pistas por ambos lados,’ hasta llegar a Los Navalmorales.

Entramos por la calle Concejo hasta la Plaza Mayor en el km 7,7 (WP 6), con unos bancos, árboles y una iglesia con un gran nido de cigüeña. Aquí giramos a la izquierda por la calle Cruz de Blanco, dejando a la izquierda dos grandes pilones. En el km 8,1 el cemento da paso a una pista muy buena de tierra en suave descenso. En los kms 8,4 y 9,4 aparecen sendas pistas desde la izquierda (desde el río) que no tomaremos, sino que mantendremos la dirección. Estamos en una zona con poca vegetación desde la que a la izquierda se distingue perfectamente el bosque tipo galería de chopos y alisos que escoltan al Río Corneja. En el horizonte al frente la Sierra de Béjar alza sus cumbres. Sobre el km 10,2, si nos fijamos; junto a(‘ río podemos distinguir tres norias, ya en desuso. En el 10,6 una ancha pista se atraviesa y la que continúa de frente está poco marcada. Tomamos la de la izquierda en suave descenso, que nos conducirá a un pequeño puente sobre el Corneja en el 10,8 (WP 7). Antes de pasarlo podemos ver a la derecha otra antigua noria.

Pasamos el puentecillo y seguimos por la pista que queda de frente, la cual a unos 100 m girará hacia la izquierda alejándose poco a poco del río en dirección sureste. Puede haber barro en un pequeño tramo y tal vez pastores eléctricos en los márgenes de la pista. En el km 11,5 se atraviesa una pista, nosotros seguiremos de frente de nuevo por arena blanca y entre dehesas. Se nos unen varios caminos y ya en el km 12,5 pasaremos una vaguada. Seguimos acercándonos a La Horcajada. Atravesamos el pueblo hasta que en el km 14,8 llegamos a la carretera. Giramos a la izquierda para volver a la ermita de la Concepción tras 15 km. de ruta.