La iglesia parroquial

Quien contempla, al asomarse al pueblo de La Horcajada, la ubicación y majestad de su templo, no puede evitar la admiración y hasta el asombro. No merman estos sentimientos, cuando nos aproximamos a ella y entramos dentro. Al contrario, se incrementa la admiración y surgen, dadas sus dimensiones y estilos arquitectónicos, muchas preguntas.

Vista general de la iglesia, desde el Poniente. José Luis Díaz.

Esta iglesia ocupa el lugar del antiguo castillo, de los siglos XII­XIII, levantado posiblemente sobre restos de alguna construcción romana o anterior. También La Horcajada, como el resto de las villas del Señorío de Valdecorneja, tiene su castillo. Entre los siglos XIV-XV, titulares ya del Señorío los Álvarez de Toledo, el castillo se adapta para templo. De él quedan tres paredes: las del Norte, Sur y Oeste (más o menos así orientadas), y las dos portadas al norte y al mediodía, de arcos apuntados y decrecientes con arquivoltas y vaquetones. Para la adaptación, se modificó la parte del Este colocándose allí la cabecera del templo. En la misma época se divide su interior en tres naves construyéndose cuatro magníficos arcos, semicirculares, con baquetones en las aristas y pilares octogonales.

La torre con cornisa de bolas se levanta a los pies del templo, posiblemente a principios del s. XVI. Está unida a la pared oeste del templo, en la esquina que asoma al norte. Hasta la altura de la pared, se adosa la mitad del ancho de la torre, mientras que, a partir de la terminación de dicha pared, la otra mitad se construye sobre la misma. Por tanto, los arquitectos consideran que la pared del castillo tiene resistencia para proceder de esta manera.

A finales del siglo XIX, se coloca el reloj actual en la torre del templo parroquial. Precisamente se construye la espadaña para la esfera con la correspondiente caja, en la parte posterior, para la maquinaria. Los datos del reloj son los siguientes: Se construyó en Motilla del Palancar (Cuenca), año 1890, por el relojero Lorenzo Redondo. Es el reloj n. 4 de la serie, y se instala siendo alcalde de La Horcajada Juan García Santamaría. Estos datos se hacen constar en la misma habitación del reloj y en su maquinaria.

Hay dos pesas, que sujetas al reloj por maromas, y deslizándose por dos cilindros de madera, salen fuera de la torre y hacen que el reloj funcione adecuadamente. La pesa «grande» pesa 48,740 kgs., mientras que la «chica» pesa 19 kgs. Justos.

Maquinaria del reloj de la iglesia. José Luis Díaz

En un principio, el martillo para dar las horas estuvo conectado a una de las campanas de la torre. Posteriormente, sobre la habitación de la maquinaria del reloj, se levantó un campanil de estructura metálica, terminado en cono, donde se colocó la «campana del reloj», que es la actual. Su sonido, muy manso y agradable, viene acompañándonos y contándonos el tiempo desde hace más de un siglo.

En los últimos años del siglo XV o primeros del XVI, creado ya el Señorío de La Horcajada, se inicia, posiblemente bajo la administración de su primer Señor, Don García Álvarez de Toledo, la construcción del gran crucero de estilo gótico tardío, que se termina al filo de la mitad del siglo XVI. Es un esbelto y magnífico crucero y ábside de tres paños, con pilares de haces góticos rernatando en capiteles que tienden a ser góticos y bóvedas de crucería. Dos escudos de armas de los Álvarez de Toledo atestiguan su Señorío sobre la tierra y la reserva para su enterramiento de la capilla central del crucero.

Bóveda de crucería . José Luis Díaz.

En la segunda mitad de este siglo hace el púlpito el cantero Montesinos, y en el año 1595 se construye, adosada al templo, la actual sacristía, en la que se nota la influencia del estilo de Francisco de Mora: bóvedas vaídas de buena obra y pilastras dóricas resaltadas en su exterior.

A principios del siglo XIX, se construyen los magníficos arcos de piedra de la tribuna, de estilo neoclásico. También entonces se abre en la fachada sur del templo una extraordinaria ventana circular o «rosetón», que ilumina todo el templo. Es casi seguro que antes no hubo ningún otro ventanal en esta pared o, a lo sumo, alguna abertura propia de un edificio defensivo. Era Párroco Juan de Ulloa y Montenegro. El maestro de cantería se llamaba Francisco Luis Alonso. La piedra se trajo de las canteras de Hoyorredondo.

Posteriormente, concretamente en el año 1828, se realizan importantes obras en el templo y el entorno del mismo: se abren dos ventanas en la pared del Éste, que eran «necesarias por la escasez de luz que tenía la iglesia»; «se allana el pavimento de la iglesia, poniendo 400 losas»; «se cerca el atrio»…; «se hacen los pasos para la subida a la citada iglesia»…

Subida a la iglesia. Fotos Vega.

Capillas del crucero

De las tres capillas del crucero, la del centro y principal servía de enterramiento para la familia de los Álvarez de Toledo, Señores de La Horcajada. Existe cripta que lleva mucho tiempo sin abrirse, en la que seguramente están enterrados los cuatro señores de la Villa de La Horcajada. Desde luego aquí fue enterrado Don Antonio Álvarez de Toledo y Dávila, Cuarto Señor de nuestra villa y Primer Marqués de Bohoyo.

En la capilla izquierda del mismo crucero, se encuentran los enterramientos de la familia de Don Juan de Barrientos, subprior de la Orden de San Juan de Jerusalén y Bailío de Lora del Río (Sevilla). «En el hastial de dicha capilla, hay una correcta decoración corintia, compuesta de pilastras, entablamento y frontón singular, inscribiendo amplio nicho donde está la estatua yacente de un caballero, vestido con arnés completo, la cruz de San Juan de Jerusalén sobre el pecho, los brazos cruzados oprimiendo la espada, capa y birrete; a los pies, un paje recostado con el yelmo de su Señor. Es obra maestra de escultura » (R. Gómez Moreno). El hastial de piedra estaba pintado con escenas de la Pasión. Quedan restos, que tal vez pudieran salvarse. Pienso que toda la obra pudo ser realizada conjuntamente por Juan Bautista el Viejo, Jerónimo Hernández y Pereira.

Sepulcro de los Barrientos. José Luis Díaz.

Encima del sepulcro se extiende una larga inscripción en letras gó­ ticas del siglo XVI, de la que sólo se ha podido leer lo siguiente: «Este enterramiento pagó y mandó hacer el bailío Barrientos en el cual me­tió los huesos de su padre Juan de Barrientos y los de su madre Doña Inés de Paz y los de su hermano comendador frai Rodrigo de Paz y pa­ ra todos sus descendientes y no para otros… de Salamanca y de Ledesma, y siendo bailío de Lora se acabó año de mil…»

En esta capilla fue enterrada la famosa Doña María de Barrientos, de la que el pueblo conserva buen recuerdo y casi veneración.

En la capilla derecha del crucero, hay enterrados algunos persona jes del pueblo, como Don Francisco Tiburcio Sánchez de la Parra, militar, y sobre todo sacerdotes, como Don Andrés García, cura, cuya firma es de las primeras que aparecen en los libros parroquiales, abiertos hacia la mitad del s. XVI. El sepulcro del Licenciado Don Francisco Martínez, comisario del Santo Oficio se encuentra a la misma entrada de la sacristía (año 1598).

Interior de la iglesia. José Luis Díaz.